Dormía en un estado de sueño profundo. No eran horas y el mundo onírico que se apoderaba de mi empezaba a convertirse en pesadilla: mi hermano conducía un vehículo que no sabía, los supermercados no estaban en su sitio, mi trabajo no era suficiente para nadie...
De repente el teléfono. Christina Rosenvinge suelta sus "Pulgas en el corazón" por mi cama. Mi corazón de 0 a 100. ¿Diga? Mi voz es pastosa y ronca. Un encargo atrasado, me esperan en la puerta. Un silencio tenso, decepción en su cara, sueño en la mía. Hasta luego, gracias.
Cafeína, ordenador, visualización, edición, nicotina. Mi trabajo no es suficiente para mi.
Dormía. Y dejé de dormir. La única forma de cumplir los sueños es vivirlos. Aunque no estoy segura de querer hacerlo.
Palabras como hortalizas
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