Hace demasiado tiempo que no veo los ojos que me enseñaron a mirar. Que no escucho la voz que me descubrió aquella melodía alegre.
Y tampoco estoy tan mal.
Hace demasiado tiempo que no muero por esa sonrisa. Que una caricia no para el tiempo.
Y tampoco estoy tan mal.
Pero aún así, de vez en cuando, la soledad me envuelve y busco una mirada cualquiera, la compañía de una voz cualquiera, una sonrisa cualquiera, una caricia cualquiera.
Pero no es lo mismo.
Hace demasiado tiempo que no hay luz que ilumine mi camino. Que no hay meta en mi camino al infinito.
Y tampoco estoy tan mal.
Hace demasiado tiempo que no hay motivo para sonreír. Que no hay motivo para celebrar.
Y tampoco vivo tan mal.
Pero aún así, de vez en cuando, busco un destello que cambie el rumbo, el motivo y la meta.
Y aunque sé que no es lo mismo, así tampoco estoy tan mal.
Palabras como hortalizas
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