Antes todo era rima fácil y ganas de seguir intentando algo más enrevesado. Luego llegó lo enrevesado y me perdí.
Entonces todo era más llevadero, dejarse llevar era el plan perfecto.
Antes había canciones que dolían como si cada nota fuera pulsada en mi mismo corazón. Luego pasó el tiempo y las canciones duelen, pero de mentira.
Ahora hay más silencio, y éste hijoputa duele mucho más que aquellas canciones.
Antes había una historia que contar y un final que inventar, palabras que descubrir y futuro que dibujar. Ahora todo lo que tengo es un bolígrafo y no estoy segura de saber manejarlo bien.
Entonces solo era necesario un folio en blanco para ver colores y vida, dejarse llevar era el plan perfecto.
Antes había frases que decían todo, sin necesidad de mirar a los ojos a la vida. Ahora escribo silencios; y qué hijoputa es éste silencio.
Recuerdo un día que llovía en un atardecer madrileño, llovía como para ahogarse. Salí a la calle y me dejé llevar. Dejarse llevar era el plan perfecto.
Posted via Blogaway
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